Intervención de Juan Marino en el Foro Mundial de Derechos Humanos, en el panel titulado “Crímenes de lesa humanidad en América Latina hoy: Experiencias de las Misiones de Solidaridad y DDHH entre los pueblos. Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú”
23 de marzo de 2023
Hay, me parece, un desafío que es abordar las conclusiones políticas que se desprenden de la actividad en todos los países donde la Misión llevó adelante esta extraordinaria militancia de solidaridad con los pueblos y de denuncia internacional de los crímenes de lesa humanidad que se están dando en América Latina.
El Turco habló de Bolivia, Alicia habló de Bolivia y de Perú. Yo personalmente estuve en Perú, y particularmente fui parte de la delegación que estuvo en Juliaca. En Juliaca se sufrió una masacre brutal en la que en un solo día asesinaron a 18 personas. En la parroquia Pueblo de Dios entrevistamos a 15 de las 18 familias de los asesinados, y nos mostraron las necropsias, nos dieron sus testimonios, y nos narraron cómo efectivamente vivieron una masacre perpetrada por la Policía Nacional del Perú en lo que que fue efectivamente la comisión de un claro delito de lesa humanidad.
Lo más importante es qué conclusiones podemos sacar de todo esto. Está a disposición de todas las compañeras y todos los compañeros el informe completo de la actividad de la misión en Perú, también los informes de las actividades de la misión en los otros países, y a partir de ahí hay tres grandes cuestiones que podemos plantear para dar una discusión entre militantes. La primera es la caracterización de qué derecha tenemos enfrente, y eso me parece que no es un debate menor, porque si uno analiza la situación de todo el continente uno puede ver a que está dispuesta la derecha con tal de llevar adelante sus objetivos a nivel general. En Perú, las masacres como producto de un golpe de Estado, donde de forma totalmente ilegal e inconstitucional destituyeron a un presidente electo por el voto popular y lo encarcelaron violentando sus fueros. Al día de hoy sigue preso el presidente Castillo. Luego de encarcelarlo, masacraron al pueblo que salió a luchar y sigue luchando contra el golpe de Estado y en defensa de sus reivindicaciones y sus derechos. La masacre en Senkata en Bolivia, lo decía Alicia, mostró un mismo patrón que la de Perú en Juliaca, con tres años de diferencia. Tuvimos también a la derecha en los gobiernos de Colombia, Chile y Ecuador, reprimiendo esas grandes movilizaciones populares. El caso de Brasil demuestra, con la toma de los tres poderes del Estado por parte de grupos derechistas asociados con elementos de las fuerzas de seguridad, hasta dónde llega la disposición golpista, violenta y masacradora de la derecha en nuestro continente.
Todo esto se vincula a la situación de Argentina. Estamos a 40 años de la caída de la dictadura. El día de mañana es la movilización del 24 de marzo. Naturalmente, nos tenemos que movilizar por la memoria de las y los 30 mil detenidos desaparecidos, y por la lucha por los derechos humanos acá en Argentina (dicho sea de paso, por responsabilidad de los actuales integrantes de la Corte Suprema los juicios por los delitos de lesa humanidad vienen lentos porque se niegan a conformar los organismos tripartitos que son necesarios para acelerar esos juicios, lo que ya viene pasando desde el gobierno de Macri). Este 24 de marzo, tenemos que marchar por los derechos humanos de toda nuestra región, en solidaridad con los pueblos de América latina.
En Argentina tenemos una derecha que no repudio las masacres en Perú. No solo no repudiaron el golpe de estado a Castillo, sino que no repudiaron lo que fueron evidentes masacres contra el pueblo. Nosotros, por ejemplo, en la Cámara de Diputados (yo soy miembro de la Comisión de Derechos Humanos) presentamos un proyecto de resolución y se lo mandamos a todas las diputadas y todos los diputados; y desde Juntos por el Cambio y del sector de Milei no dijeron ni una palabra. Solamente compañeras y compañeros del Frente de Tod@s y del Frente de Izquierda nos pronunciamos en contra de la masacre en Perú. Entonces, el silencio cómplice da un indicio de que para ellos evidentemente no es tan grave lo que está pasando en Perú. Si al mismo tiempo uno ve a Patricia Bullrich que se niega a repudiar el intento de asesinato de la vicepresidenta de la nacion, de la compañera Cristina; uno ve que es el grupo Caputo el que financia a los que están vinculados con los que intentaron asesinar a Cristina; uno ve cómo la derecha hace campaña directamente diciendo que si llegan a ganar el gobierno van a venir por la reforma laboral, por la reforma previsional, contra los derechos populares; bueno, hay que sacar la conclusión: la derecha no viene a buscar ningún acuerdo democratico, sino que la derecha que viene a arrasar con los derechos, y para eso está dispuesta a reprimir, y en América Latina ha demostrado estar dispuesta a masacrar y a cometer golpes de Estado. Esa me parece que es la primera conclusión, la respuesta a la pregunta: ¿qué es lo que tenemos enfrente?.
1 Ismael Jalil, abogado integrante de Correpi
2 Alicia Montoya, militante del Frente Patria Grande
La segunda,también en relación con la experiencia de Perú: ¿cuál es el fundamento de esta disputa, y por qué la derecha tiene esta actitud beligerante para hacerse del poder del Estado en la actual etapa en nuestro continente? Hay una disputa directa y clara por los recursos naturales en América Latina, y esto es indiscutible. Lo dijo Laura Richardson, la jefa del Comando Sur, cuando planteó que ellos tienen que poner especial atención en lo que son los recursos naturales de nuestra región, especialmente en el Triángulo del Litio constituido entre Argentina, Bolivia y Chile, también en el agua y en otros recursos naturales. Y en Perú fue claro que fue ese el objetivo del golpe porque este año empiezan a vencer los contratos ley que armó Fujimori en el ‘93 (por 30 años, los empezaron a firmar en el 93, 94, 96, etc. y todo empieza a vencer ahora), desde el 2023 en adelante. Pedro Castillo dijo que eso lo iba a discutir, y por eso hicieron el golpe: para garantizarse ese negocio, para garantizarse la explotación de los recursos naturales en nuestro continente. Entonces, como militantes, eso lo tenemos que discutir, porque estos crímenes de lesa humanidad y esta vulneración de los derechos humanos están asociados de forma directa a qué programa económico se quiere desarrollar en nuestro continente. Si nuestro continente es un territorio de saqueo por parte del imperialismo estadounidense, y por lo tanto para eso ellos se garantizan gobiernos afines que faciliten y permitan ese saqueo; o si la militancia popular de América Latina va a discutir un programa soberano, para la industrialización soberana de esos recursos naturales que tenemos en nuestra región, que tenemos en la Argentina, en beneficio de nuestros pueblos. Ese es el desafío.
En Argentina, en relación con el litio, eso está claro. Si vamos a permitir que se sigan llevando la materia prima al exterior, generando poca mano de obra y pagándoles dos mangos a las trabajadoras y a los trabajadores que trabajan en esas explotaciones mineras; o si vamos a industrializar de forma soberana en su lugar de origen, para que se produzca efectivamente una revolución económica que genere muchas mejores condiciones de vida para nuestro pueblo. Lo mismo con el gasoducto Nestor Kirchner y los hidrocarburos, y todo lo que tiene que ver con generar los recursos necesarios para mejorar las condiciones de vida de nuestros pueblos, que hoy están sufriendo la pobreza, la indigencia y el hambre en Argentina y en América Latina. Entonces, campañas electorales como las que se vienen en Argentina, y discusiones políticas como las que hay en toda América Latina, para nosotros son una oportunidad para que discutamos la necesidad de tener una política soberana. Y lo que vimos, y lo que nos plantearon con mucha claridad las luchadoras y luchadores de Perú cuando nos explicaban porqué había habido un golpe y contra qué estaban luchando, tenían muy en claro que el objetivo del golpe era hacerse desde los recursos naturales.
Lo mismo en Bolivia. Esa claridad que siempre tuvo el movimiento popular de Bolivia, que con su Agenda de Octubre, que llevó adelante luego el gobierno de Evo Morales y el MAS-IPSP, entendió la necesidad de tener una política soberana en materia de recursos naturales. Bolivia tiene su empresas nacional del litio, Bolivia tiene un estado que interviene de forma directa en la producción de hidrocarburos, y Bolivia tiene su empresa nacional de alimentos. Es decir, que tiene una política de soberanía económica muy clara que también es un ejemplo para toda la región en la cual tenemos que apoyarnos.
Siempre nos dicen: “¿qué ejemplo de gobierno tiene la izquierda que sea exitoso y pueda mostrar resultados? Ustedes fracasaron, no pueden mostrar ningún resultado”. No, mirá Bolivia. Es un gobierno de izquierda (Evo Morales se reivindica de izquierda y antiimperialista), y es el Estado con menor inflación de toda la región en un contexto inflacionario a nivel internacional, con reducción de la pobreza, con manejo soberano de los recursos naturales. Bueno, ahí tenemos un ejemplo.
Esto nos lleva a una tercera conclusión: ¿cómo enfrentamos a esa derecha y cómo damos la disputa por el manejo soberano de los recursos naturales? Si hay algo que nos mostró el pueblo peruano como ejemplo es la disposición de lucha contra un golpe de estado. Extraordinario. Estuvimos allí, y tanto en la movilización en la que estuvimos en Lima, y en todos los piquetes por los que pasamos cuando tuvimos que trasladarnos al interior del país, lo que vimos es un pueblo que estaba dispuesto a luchar hasta sus últimas consecuencias contra un golpe de Estado. Un pueblo al que lo masacraron, lo meten preso, lo persiguen, le abren causas, lo terruquean (como dicen ellos, que es una forma de macartismo, acusarlos de terroristas para encarcelarlos, para amedrentarlos). Ellos siguen luchando. En la calle, con la movilización, con la organización, con un proceso de organización popular, con organizaciones campesinas, organizaciones de ronderos, sindicatos, organizaciones estudiantiles. Es un proceso de organización popular con un grado de conciencia muy elevado acerca de la necesidad de derrotar ese golpe de Estado, de derrocar ese régimen masacrador porque se está jugando el futuro de su país. Eso es un ejemplo.
3 La “Agenda de Octubre” hace referencia al programa sostenido por las organizaciones populares que protagonizaron la rebelión popular de octubre de 2023 en Bolivia, el que planteaba entre otras cosas la nacionalización de los hidrocarburos y la convocatoria a una Asamblea Constituyente.
4 Movimiento al Socialismo – Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, fundado en 1997 por Evo Morales
Y Bolivia también ha sido un ejemplo, porque Bolivia, en un año, derrotó un golpe de Estado. ¡En un año! Es extraordinario lo que hizo el pueblo boliviano. Y lo hizo porque a ese grado de organización que tiene el pueblo peruano, le agregaron la construcción política, que ellos ya tenían con un liderazgo (el de Evo) y con una organización política que es el MAS-IPSP. Entonces, las y los militantes que nos reunimos a discutir cómo hacemos para hacer prevalecer los derechos humanos y la soberanía, tenemos que entender que ese objetivo no está disociado de la militancia y la construcción política. El pueblo boliviano construyó su instrumento político, expresión del movimiento popular; construyó un liderazgo especialmente colocado en la figura del compañero Evo Morales; y gracias a eso, en el marco de un año, lograron ir a una elección, ganaron la elección por una gran y amplia diferencia, restablecieron la democracia, restablecieron los derechos humanos, enjuiciaron a los golpistas, el Poder Judicial encarceló a los golpistas, el aparato militar se depuró y los responsables del golpe también fueron enjuiciados. Por lo cual ahí hubo una lucha política que no solo garantizó soberanía económica sino que además impidió que el Poder Judicial siguiera manejado por pequeños grupos económicos o monopolios que lo utilizan para perseguir a los líderes populares como pasa en Perú con el encarcelamiento de Castillo, como pasa en Argentina con la proscripción de Cristina, como pasó con Lula con el encarcelamiento de Lula. En Bolivia eso se logró revertir y, gracias a que en su momento hubo una reforma judicial, gracias a que hubo un trabajo político del gobierno sobre las fuerzas armadas, efectivamente se logró el juicio y castigo a los golpistas.
Esa conclusión es importante también en la Argentina, en relación con cómo concebimos la cuestión de la unidad, y sobre la necesidad de la construcción política para enfrentar a esta derecha, reconociendo y defendiendo los liderazgos. Por lo tanto, la defensa de los derechos humanos en América Latina también requiere que en Argentina luchemos contra la proscripción de Cristina. Porque así como en Perú rechazamos el golpe a Castillo que es el líder que el pueblo eligió para que esté en el gobierno y por cuya libertad sigue luchando al dia de hoy; así como en Brasil se logró la liberación de Lula y que pueda ser candidato; así como en Bolivia se le salvó la vida a Evo, a quien quisieron matar como él mismo dijo, y luego el MAS-IPSP logró ganar la elección con Evo formando parte de su fuerza política, volviendo a su país y militando políticamente; en Argentina la que tiene ese liderazgo, esa conducción, esa representación, ese liderazgo, es Cristina, y por lo tanto la necesidad de luchar contra la proscripción. Por eso, también tenemos que marchar mañana 24 de marzo, entre otras cosas, por una democracia sin proscripciones.
Así que compañeras y compañeros, en conclusión, lo que nos parece importante trasladar es que, a partir de esta situación de crímenes de lesa humanidad en América Latina; de la experiencia de la lucha de cada uno de los pueblos de los distintos países que visitó la Misión (a mi me tocó visitar Perú); y de la situación que todos atravesamos acá en la Argentina; tenemos el desafío de organizar la resistencia militante contra la derecha en toda la región. Muchas gracias.